Para explicar correctamente el concepto de economía circular, debemos empezar por el principio: tradicionalmente, se ha aplicado un modelo económico lineal, el cual se limita a producir productos a partir de materias primas para su posterior uso y deshecho. Es decir, extraer, producir y desechar. Este modelo de producción es bastante negativo para el medioambiente, ya que el ciclo de vida del producto es muy corto y las materias primas son limitadas.
Por el otro lado, nos encontramos con la economía circular. Un modelo que tiene en cuenta las 3 “R” (reducir, reusar y reutilizar). La economía circular, como su propio nombre indica, pretende cerrar el ciclo de vida de los productos, produciendo bienes y servicios, a la vez que se reduce el consumo, desechos y desperdicio de materias primas, agua y energía. Sus principales objetivos son: reducir al máximo el impacto medioambiental, ser un modelo respetuoso y reducir la contaminación.
Te dejamos una pequeña infografía para comprender la economía circular:
6 acciones para aplicar la economía circular en casa
- Repara los dispositivos electrónicos.
¿Eres de los que se le rompe la pantalla del móvil y ya está pensando en comprarse uno nuevo?
¡Error! Esto es parte de la economía lineal, en la que se utiliza y se tiran los productos.
Una reparación te ahorrará dinero y reducirás el impacto medioambiental.
- Recurre a fuentes de energía renovables.
Si nuestra energía proviene de una fuente renovable y limpia, como por ejemplo, la energía solar fotovoltaica, podremos reponer esa fuente sin ningún problema, ya que su fuente de energía es inagotable (en este caso: el sol).
De esta manera estaríamos contribuyendo a la economía circular, puesto que el ciclo del producto no acaba, a diferencia de las energías no renovables, que en algún momento llegará el ciclo final del producto.
Si quieres conocer las alternativas energéticas para el futuro, te recomendamos leer este artículo Energías del futuro: 5 energías candidatas
- ¿Y si haces una lámpara con una botella de vino?
Un gesto pequeño pero significativo. El hecho de aprovechar el material de un producto que tienes por casa hace que contribuyas a un modelo circular. Estás reutilizando un producto para crear uno nuevo, alargando el ciclo de vida del mismo.
- Reutiliza las bolsas del supermercado
Si todos reutilizáramos las bolsas que tenemos en casa para hacer la compra, habría mucho menos consumo de plástico y estaríamos dándole toda la utilidad posible a la misma para alargar lo más posible su ciclo de vida.
- Compost, fuente orgánica de economía circular
Vierte todos los residuos orgánicos de tu cocina y jardín para generar tu propio compost en casa.
- Haz coleteros con las gomas de las mascarillas.
¿Lo habías pensado?
Debido a la Covid-19 hay un gran uso de las mascarillas y generalmente las personas las usan y las tiran. ¿Por qué no buscamos reutilizarlas de alguna manera? Un coletero para el pelo es solo una idea, seguro que se te ocurre alguna más.
La economía circular es un estilo de vida. Debemos plantearnos si los productos que queremos comprar realmente nos hacen falta, si podemos reutilizarlos y cómo podemos alargar su utilización para contribuir a un estilo de vida sostenible.
Gracias a este modelo de economía podemos reducir la presión sobre el medioambiente, generar valor en los productos y aumentar la concienciación medioambiental en otras personas.